Gastronomía en Medellín: Si Aladino lo hizo en una alfombra ¿por qué no podés viajar en una mesa?

Andrés Felipe Toro Carvalho

Por: Andrés Felipe Toro Carvalho
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La historia de Aladino o Ala’ad-Din es una de esas clásicas que todos conocemos, o deberíamos conocer. Claro, del cuento original al que nos ha vendido Disney hay grandes diferencias, como la de los deseos, pues en el relato milenario escrito en el desierto el genio de la lámpara no tenía límites; el pequeño bribón, que por cierto no era ladrón, le podía pedir lo que quisiera, cuantas veces deseara. El de hoy sólo tiene tres y aun así, ¡ah bueno fuera encontrarse esa bendita lámpara!

¿Cuáles serían los tres deseos que le pedirías al genio si te la encontraras por casualidad? ¿Ser millonario?¿Viajar?¿Tener superpoderes? Yo siempre pensé que lo que pediría sería: Concédeme todos los deseos que quiera. Otra imprecisión del cuento de hoy es que “Al” nunca tuvo una alfombra voladora, ésta es de otro cuento diferente, pero, aquí entre nos, una de esas para las horas pico con el tráfico de Medellín sería una bendición ¿o qué?

Preparate, porque te voy a invitar a viajar al mejor estilo de Aladin, sólo que vamos a cambiar la alfombra por una mesa; verás que con un poco de imaginación y los sentidos bien despiertos podrás visitar Argentina, Perú y Colombia sin salir de Medellín.

CAMBALACHE Parrilla Argentina
Cra 45 #6-55, Poblado Medellín

Por Patio Bonito hay un rincón gaucho en el que al escuchar el acento argentino de quienes te atienden te vas a transportar al país de Messi. Sebastián Posada es un auténtico campesino argentino que se trajo un pedacito de su país. Creció en el campo en una “chagra” donde su papá cría caballos, aprendió los secretos del asado y se convirtió en un maestro del fuego no sólo en la cocina de su madre, sino en muchas otras de Estados Unidos y Latinoamérica donde se formó como cocinero profesional. La Bondiola, un bifé chorizo, un costillar de cerdo a la vara con 8 horas de cocción, el choripán, una entrañita o un panqueque de dulce de leche, junto con un ambiente cálido lleno de fotos de su padre, sus caballos y su hermana, más el tango en vivo del cantante Manu Mazzarini, te van a dar un viaje que no vas a olvidar.

HUACATAY, Cocina Peruana
Cra 58 A #27B-07 Las Cabañas, Bello

Juan Esteban Mesa, Andrés Felipe Toro Carvaloh y Susy Rivera

La cocina Peruana está catalogada por algunos expertos como la mejor del mundo y Bello cuenta con uno de los lugares más sinceros y deliciosos para ir a disfrutarla. ¡Ojo! no lo digo yo, lo dice la misma comunidad peruana que vive aquí en Medellín y que se recomiendan entre ellos ir a este restaurante porque se sienten como en casa. Juan Esteban Mesa, su creador se siente orgulloso de entregar productos de primera calidad, frescos y con verdadero sabor a Perú. Todo se prepara a la minuta y con mucho amor. Una causa, un pescado a lo macho, un lomo saltado, un ceviche mixto en leche de tigre, una chicha morada o incluso un humilde pero escandalosamente delicioso puré de camote te van a llevar al país de los Incas y sólo hay que llegar hasta el barrio Cabañas en Bello, donde está iniciando una revolución culinaria que va a dar mucho de qué hablar.

DOÑA LECHONA Cocina Colombiana
Av. 39D # 73–106 Laureles, Medellín

Posta cartagenera

El viaje en esta ocasión es desde el Primer Parque de Laureles a cualquier parte de Colombia, porque aunque la lechona sea tolimense y esté en el nombre, en este restaurante hay manos mágicas que son capaces de llevarte con esa sazón que sólo tienen las matronas sabias de estas tierras, desde Bolívar con una posta Cartagenera y un par de carimañolas, a pasar por Tunja con unos envueltos boyacenses hechos de maíz rellenos de queso y dulce de guayaba, luego ir a Buga con una chuleta valluna con papas fritas y terminar el “vueltón” gastronómico en la casa de la abuela con un arroz con leche, queso y arequipe; todo en la misma mesa. Colombia sabe a todo eso y mucho más y si sos curioso, aquí vas a encontrar hasta 35 diferentes preparaciones de todo el país ¡Qué delicia!

Volvamos al Aladin de Disney, en esta ocasión yo soy el Príncipe y vos la princesa Jasmín, no importa si tenés barba, esto es pura retórica; cuando él la invita a subir a la alfombra le estira la mano y le dice “¿confías en mí?”. Si es así, no esperés más, ándate a viajar pero en una mesa y decí como yo: Salí a comer, a viajar, a vivir.

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