Un tour por la Comuna 13 de Medellín

Texto y fotos por Marta Hernandez de www.escafandra.news

Medellín, conocida como la ciudad de la eterna primavera, ha tenido un pasado difícil; primero por el control del narcotráfico y años después por los enfrentamientos entre milicias y paramilitares buscando el control territorial de las comunas. Un pasado que muchos apenas conocen gracias a la desinformación de la prensa, a las series de Netflix y a las películas de Hollywood.

En los 80s y 90s la capital del departamento de Antioquia tuvo una época de luto a causa de las bombas repentinas que explotaban en cualquier rincón de la ciudad y los asesinatos de jóvenes como consecuencia de los famosos toques de queda establecidos por el narcotráfico.

En estos casi 30 años de lucha contra el narcotráfico, delincuencia común y bandas criminales; los Medellinenses se han dedicado a convertir a Medellín en una ciudad innovadora, empresarial, en un destino turístico y en el centro de la moda más grande de Colombia.

Hay que destacar que ha mejorado la calidad de vida y en un gran porcentaje, la seguridad en la ciudad.

Varios factores han contribuido para que Medellín sea una de las ciudades más innovadoras de Latinoamérica en los últimos años.  Uno de los hechos más importantes ha sido la construcción del metro hace ya 25 años, que en conjunto con el Metroplús (buses BTR), los metros cables y más recientemente el tranvía, forman el sistema integrado de transporte. Lo que mejoró el transporte público de los barrios populares (ubicados en las áreas montañosas) conectándolos con el centro y el resto del área metropolitana.

También hay que resaltar el trabajo de algunos alcaldes que le han apostado a la educación y al sentido de pertenencia por la ciudad con frases como; “Medellín la más educada” “Medellín Solidaria”, “Medellín cuenta con Vos” etc. La apuesta a la educación impulsando el crecimiento y el acceso a internet y a la información en los barrios más pobres con la construcción de Bibliotecas y parques temáticos, fue unos de los éxitos de la alcaldía entre el 2004 -2007.

Las comunas de Medellín

Medellín se divide en 6 zonas; éstas a su vez se dividen en comunas sumando un total de 16. Algunas comunas ubicadas en la zona más montañosa de la ciudad (las comunas 1, 2, 3 y 4, la comuna 13), han sido los barrios con más conflictos entre bandas criminales.

Hoy dedico estás líneas a la comuna 13 (San Javier) situada en la parte Centro Occidental de la ciudad, conformada por 21 barrios, pero en especial hablaré de los barrios 20 de Julio, las independencias y el salado que, por la inclinación del sector es llamada “zona de alto riesgo natural”, no hay calles para buses y el acceso a las casas es a través de escalas, pasando por callejones estrechos y empinados. La comuna 13 que era uno de los lugares más peligrosos hace 20 años, hoy es un destino obligado cuando se visita Medellín y les voy a explicar por qué.

En los 80’s las comunas 2, 3 y 4 (Manrique, Santa Cruz y Aranjuez) fueron testigos del conflicto causado por el narcotráfico y el poder de Pablo Escobar.

Años más tarde, comenzó otra guerra entre pandillas, éstas eran compuestas por guerrilleros de las FARC y el ELN que se apoderaron de los barrios de la comuna 13 con el fin de hacer una limpieza social, que consistía en asesinar a los jaladores de carros, violadores y ladrones en general. Los enfrentamientos entre las milicias y los paramilitares era una disputa de zona territorial que tuvo como consecuencia el desplazamiento y asesinato de muchos ciudadanos sobornando los comerciantes locales y haciéndoles pagar las famosas “vacunas” (una forma de extorsión usada por grupos ilegales armados buscando financiación).

En 1997 se unieron todos los grupos de autodefensas (paramilitares) del país formando las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) con el objetivo de combatir a los guerrilleros que se habían tomado el poder en el campo colombiano. Así surgieron los paramilitares, uno de los grupos criminales más violentos del país; patrocinados por el gobierno de la época, los terratenientes, los ganaderos, y los narcotraficantes de las regiones donde operaban. En el caso de Medellín, las AUC era un bloque paramilitar liderado por Don Berna quien se había convertido en el más importante narcotraficante de Medellín después de la muerte de Escobar.

Años más tarde, comenzó otra guerra entre pandillas, éstas eran compuestas por guerrilleros de las FARC y el ELN que se apoderaron de los barrios de la comuna 13 con el fin de hacer una limpieza social, que consistía en asesinar a los jaladores de carros, violadores y ladrones en general. Los enfrentamientos entre las milicias y los paramilitares era una disputa de zona territorial que tuvo como consecuencia el desplazamiento y asesinato de muchos ciudadanos sobornando los comerciantes locales y haciéndoles pagar las famosas “vacunas” (una forma de extorsión usada por grupos ilegales armados buscando financiación).  

En 1997 se unieron todos los grupos de autodefensas (paramilitares) del país formando las AUC (Autodefensas Unidas de Colombia) con el objetivo de combatir a los guerrilleros que se habían tomado el poder en el campo colombiano. Así surgieron los paramilitares, uno de los grupos criminales más violentos del país; patrocinados por el gobierno de la época, los terratenientes, los ganaderos, y los narcotraficantes de las regiones donde operaban. En el caso de Medellín, las AUC era un bloque paramilitar liderado por Don Berna quien se había convertido en el más importante narcotraficante de Medellín después de la muerte de Escobar.  

En toda esta lucha por el control territorial entre los paramilitares y la guerrilla, cada comuna tenía un jefe de banda quien controlaba la zona; ni el mismo gobierno tenía poder de decisión, no había intervención militar; cada grupo armado impuso sus propias leyes, creando fronteras invisibles e impidiendo el paso de civiles de un barrio a otro. Hubo una época en que ningún ciudadano podía pasar sin autorización porque era asesinado.  

En el año 2002, cuando el Gobierno Nacional vio como perdía esta guerra tras varias operaciones militares fallidas intentando tener acceso a la zona, puso en marcha la operación Orión, un enfrentamiento entre guerrilla y paramilitares que duró varias semanas tratando de retomar el control del territorio. Esta intervención del estado, con la ayuda de grupos paramilitares dejó 600 víctimas entre milicias y civiles, más de 100 personas desaparecidas, un sinnúmero de desplazados, familias incompletas, viudas y huérfanos. Un paño de agua tibia, porque no se solucionó el conflicto, el control de la zona pasó de la guerrilla a manos de los paramilitares. 

El tour por la Comuna 13

Tratando de entender un poco mejor la historia emprendí un recorrido por la comuna 13 a la que nunca había podido ir por miedo, pero ahora es un lugar seguro y lleno de turistas de todas partes. Tenía curiosidad de conocer una historia más precisa y tener contacto con la gente de ahí, entonces tomé un tour con un guía local, para tener una idea más global.  

En este recorrido por la comuna 13, me cuenta el guía local que el 16 de octubre del 2002, a horas de la madrugada entraron a la comuna por tierra y aire, más de 6000 hombres armados, entre ellos; la policía, el ejército nacional, el CTI, el DAS y la fuerza área; acompañados por las AUC del bloque cacique Nutibara y de exguerrilleros que trabajaban para las autodefensas quienes facilitaron el acceso a los barrios señalando a los guerrilleros y guiando a los militares a través de los barrios.   

El guía afirma, que en medio del fuego cruzado de la operación Orión murieron muchos inocentes, jóvenes, adultos y niños, porque la población civil fue atacada indiscriminadamente con ametralladoras, fusiles y helicópteros de guerra causando destrucción de viviendas, creando pánico en los habitantes quienes por temor a ser asesinados se escondían hasta debajo de las camas para protegerse. El guía aclara, que se prohibió el acceso a los medios de comunicación y a los organismos humanitarios por parte del gobierno y que también se prohibió la salida de ciudadanos del barrio; lo que causó la pérdida del empleo para algunos por ausencia laboral o por la mala fama del sector 

Los grafitis

Muchos años después de hacer el duelo, la comunidad emprendió un camino de transformación de imagen y fue quizá con la ayuda de proyectos de movilidad de la alcaldía y con la creación de espacios públicos que se ha logrado un reconocimiento positivo del barrio. Entre estos proyectos está la inauguración del metro cable en San Javier en el 2008 y la inauguración de unas escaleras eléctricas al aire libre en el 2011, (un proyecto que buscaba mejorar el acceso a los barrios generando inclusión y sentido de pertenencia). 

En el año 2014 aprovechando estos espacios públicos, dos artistas locales Jeison Castaño (cantante de hip hop) y el grafitero Daniel Felipe, conscientes del estigma que tenía la 13 en Medellín y en el mundo por las épocas de conflicto y de guerra que padeció, decidieron mostrar su otro rostro, el que muchas veces no se da a conocer, y que es el alma de la comuna. Cansados de la mala fama emprendieron un camino de trasformación social que consistió en consultar a los habitantes del sector su opinión de lo que ellos querían ver dibujado en esos espacios. Fue así como empezaron plasmando en grafitis el pasado, la guerra, las operaciones militares en la zona y el dolor, pero a su vez también representan la esperanza, el amor a la vida, la paz y las ganas de vivir. Esta iniciativa empezó como un sueño pequeño, pero este fue más allá, fue tal la acogida del proyecto que a ellos se unieron varios artistas locales (bailarines, grafiteros, cantantes), creando un orgullo urbano y un amor propio por el barrio. 

En todo este proceso de transformación fundaron la Casa Kolacho en memoria a un artista local asesinado en el conflicto. El objetivo de esta casa es fomentar la cultura local permitiendo el acceso a diversas actividades lúdicas y clases de hip hop, rap, baile, canto y clases de grafiti para los niños y jóvenes de escasos recursos. También en la casa Kolacho se pueden comprar las camisetas con estampados de los grafitis y tomar cerveza o aguardiente, mientras disfrutan de la vista que ofrece el mirador.  

¿Que ver en el grafitour?

El tour comienza desde la estación del metro San Javier, o desde la parte baja de las escaleras eléctricas, donde están los guías locales con camisetas del grafitour. Durante el recorrido el guía narra los hechos más destacados, explica el significado de cada grafiti basado en la inspiración de cada artista, si tienen suerte pueden conocer los grafiteros y ver parte del proceso. También podrán asistir a los shows de baile y a los conciertos en los pequeños tablados, disfrutar de una de las la mejores vistas de la ciudad desde el mirador de san Javier, compartir con la gente local, comprar los souvenirs y por supuesto comerse la mejor paleta de Mango maduro y biche con sal y limón en la tienda de doña Consuelo.  También podrán apreciar los techos pintados de colores, un proyecto de la administración de la ciudad que se llamó “techo una historia” y el color de las casas que hace parte de otro proyecto llamado “Medellín se pinta de vida”. 

El recorrido es mínimo de 4 horas, pero les aconsejo, tómense su tiempo, disfruten de la vista, el paisaje, conversen con la gente del lugar, tómense fotos y vivan la experiencia que vale mucho la pena. 

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